sábado, 20 de noviembre de 2010

La estaca

No se debe ser ni demasiado audaz ni demasiado imaginativo cuando se anda entre cosas sobrenaturales. Eso lo olvidaron Larry, escritor de novelas de terror, su esposa Jean y los amigos de ambos Pete y Barbara cuando, visitando un pueblo abandonado, toparon debajo de una escalera con un cuerpo desnudo de mujer... que tenía una estaca clavada en el pecho.
¿Un caso de vampirismo, o un asesinato particularmente enfermizo? Las personas sensatas como Barbara y Jean pensarían que es mejor dejar las cosas como están. Solo los temerarios como Pete, o los que quieren hacerse los valientes, como Larry, meten las narices donde no les llaman y desencadenan horrores.


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