Advertencia: no es un tema fácil. Habla de una sociedad adormilada que no mueve un dedo. Involucra a decenas de niños de hasta 5 años (mayoritariamente mujercitas), a policías y políticos corrompidos, y a redes de narcotráfico y pornografía infantil. Pero no es la trama de una película en cartelera. Es un relato de la vida real. Decenas de pequeñas fueron obligadas a tener sexo y a ser videograbadas por un enfermo, nada tonto, que, parece, hizo parte de su fortuna con esta atrocidad. Pasó en Cancún, México. Con autorización de la autora y de su casa editorial, Día Siete presenta este adelanto de un libro valiente que expone al público escenas de un infierno que, paradójicamente, se debe conocer: de otra manera está condenado a
repetirse (en este instante), ahora en su ciudad, ahora en su manzana, ahora tras la puerta del vecino.
Gabriela, ahora de 29 años de edad, casada y con dos niños, asegura que fue víctima de Succar hace 14 años. Que la llevó una amiguita de la escuela, junto con otras ocho niñas. De esas ocho algunas se quedaron y fueron forzadas por Succar a llevar a otras niñas y niños.
Ante la pregunta expresa de cuántos menores creen que Jean Succar y Gloria Pita llegaron a fotografiar, y a forzar a tener sexo para grabar videos en esos tiempos, Gabriela, con los ojos arrasados de lágrimas, calcula que quizá se trate de cientos de criaturas...
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